Quizá le llamó la atención que intituláramos este artículo como prácticas sexuales poco saludables porque podría tomarse como relativo, ya que hay más de una minoría mundial que una o unas de ellas practican para alimentar su satisfacción. Y sí, tiene razón, pero eso no le quita lo poco saludables.
Porque en lo que respecta a la salud física, emocional y la que deriva de la interacción con las personas –en especial la persona amada-, pueden observarse distorsiones que inciden en su deterioro ante lo progresivo de las mismas. Y en eso, dichas minorías –que no lo son tanto- poseen alta estadísticas en cambios negativos.
Vamos a hacer una exposición sucinta, sin que la misma sea una traba para su idiosincrasia, sino un llamado a un balance que le haga mejor llevadera para su vida sexual como cotidiana, sea con un fetiche, viendo scat porn o practicando voyerismo.
Prácticas sexuales poco saludables
Parafilias
Aquellas consistentes en cubrir las fantasías sexuales y necesidades corporales recurrentes e intensas con:
- Diversidad de objetos (según tentación).
- Humillación y sufrimiento de su contraparte o suya propia.
- Personas que legal y moralmente no han de ser vulneradas y/o que no lo consienten.
El exhibicionismo, una de las prácticas sexuales poco saludables
Exponerse o ver la exposición –a veces sin sentido- de sus partes íntimas como manera de estimular sus sentidos y necesidades sexuales.
Fetichismo
Es un trastorno en que las fantasías y necesidades sexuales requieren el uso de objetos inanimados de uso diario en otra persona y que al lucirlo llame la excitación y masturbación como acto previo a las relaciones. Cuando esto se sucede esporádicamente no llega a fetiche, pero si lo requiere para una vida sexual plena, netamente lo es.
Prácticas sexuales poco saludables: La menos comentada: Froteurismo
Para esta, requiere de una persona que no da su consentimiento para el acto sexual a la cual acercarse y frotarse para llegar al orgasmo sin necesidad implícita del acto sexual. No confundir con el sexo tántrico.
Fetiche travesti
A diferencia del fetiche convencional es que se interpretan distintas profesiones u oficios, este fetiche travesti, considerado una de las prácticas sexuales poco saludables entre parejas heterosexuales, crea la necesidad del cambio de género y la consiguiente actitud en su rol de género para comportarse en el acto amatorio, durante la previa, en el acto y a posterior, transformándose en una doble personalidad que puede perturbar su identidad, vida matrimonial y la no comprensión de a qué género quiere realmente pertenecer y sentir.
Prácticas sexuales poco saludables: El Voyerismo
Es una extrema necesidad de propiciar momentos para observar a otras personas ya sea desnudas (incluso de su mismo sexo aunque no sea su corriente sexual natural preferente) o a parejas teniendo sexo, para poder estimularse, llevar su energía a su pareja o tener orgasmos incluso mientras camina, para generar endorfinas. Una vertiente es la adicción a la pornografía, en la que se necesita ver a otras parejas para poder estar con la suya propia e incluso, amerita recrear lo visto para llegar a la satisfacción personal.
Coprofilia y Urofilia
Son consideradas prácticas sexuales poco saludables debido a que las heces y orines humanos no poseen nutrientes como los de los animales y su consumo o untar puede llegar a ser perjudicial en cierto tiempo si la práctica es recurrente. De ser necesario para todas sus relaciones sexuales y de pareja, es necesaria la atención médica.