junio 21, 2025

¿Cómo se hace la kombucha?

 

La kombucha, una bebida probiótica que conquista paladares, es conocida por sus propiedades y sencillez de preparación.
Para quienes desean explorar esta tradición milenaria, es esencial conocer no solo el proceso, sino también aspectos como la kombucha dosis diaria.
Comenzar a preparar esta infusión en casa puede ser el inicio de una experiencia única.

Elige los ingredientes adecuados

Para preparar kombucha, necesitarás té negro o verde, azúcar, agua y un SCOBY, que es la colonia de bacterias y levaduras
responsable de la fermentación. Es importante utilizar ingredientes de calidad para garantizar un sabor auténtico y
un proceso seguro. Además, el agua debe estar libre de cloro o contaminantes que puedan alterar la fermentación.

Prepara la base de té

Comienza hirviendo el agua y disolviendo el azúcar en ella. Una vez que el azúcar se haya integrado completamente,
agrega las hojas de té y déjalas infusionar durante unos minutos. Posteriormente, filtra las hojas y deja que el té
se enfríe a temperatura ambiente, ya que el líquido caliente podría dañar el SCOBY.

Fermentación inicial

Una vez que el té esté a temperatura ambiente, transfiérelo a un recipiente de vidrio. Coloca el SCOBY en el líquido y cubre el recipiente con un paño limpio sujetado con una banda elástica. Este paso permite que la bebida fermente de manera natural al estar en contacto con el aire, evitando la entrada de contaminantes.

Tiempo de fermentación

La kombucha necesita entre 7 y 14 días para fermentar, dependiendo de la temperatura ambiente y del sabor deseado.
Durante este tiempo, se desarrollan los ácidos orgánicos y las propiedades probióticas que la caracterizan.
Puedes probarla a partir del séptimo día para decidir cuándo embotellarla, según tu preferencia de sabor.

Segunda fermentación y saborización

Tras la fermentación inicial, puedes embotellar la kombucha para una segunda fermentación. Este paso permite añadir sabores como frutas, especias o hierbas. Coloca el líquido en botellas herméticas junto con los ingredientes elegidos, y déjalo reposar durante 2 o 3 días a temperatura ambiente. Este proceso también puede aumentar la carbonatación natural.

Almacenamiento y consumo

Una vez completada la segunda fermentación, refrigera las botellas para detener el proceso. La kombucha se puede consumir directamente o servirla fría, disfrutando de sus matices y efervescencia. Es importante comenzar con una dosis moderada, ajustando el consumo según cómo reaccione tu cuerpo a sus propiedades probióticas.

Consejos para un proceso exitoso

Mantén siempre la limpieza en cada etapa del proceso para evitar contaminación. Utiliza utensilios no reactivos y verifica que el SCOBY esté saludable antes de cada fermentación. Si eres nuevo en la elaboración de kombucha,
empezar con pequeñas cantidades puede ayudarte a familiarizarte con el procedimiento y sus particularidades.

Preparar kombucha en casa no solo es un acto creativo, sino también una manera de conectar con los beneficios de una
bebida tradicional. Descubrir el equilibrio ideal entre sabor y propiedades probióticas puede ser el primer paso hacia un estilo de vida más saludable.